“Es difícil acceder a la información oficial, pero en función a lo que vemos en los espacios productivos a los cuales estamos vinculados pues hay una dinámica de bachaqueo y especulación en los precios de semillas de los rubros de mayor comercialización como hortalizas y cereales”, explica Ana Felicien, integrante de la campaña “Venezuela Libre de Transgénicos“ y el “Movimiento Semillas del Pueblo“.

“Pero, además, los denominados “criterios de calidad” establecidos por el mercado y la agroindustria favorecen ciertos rubros y variedades de semillas certificadas importadas”, agrega Ana.
Sin embargo, nosotros aprobamos una Ley de Semillas en diciembre del 2015, contra todo pronóstico y durante unas sesiones extraordinarias que buscaron paliar los impactos de la pronta llegada de la oposición al hemiciclo nacional. En aquel entonces parecía que ni Monsanto, ni Syngenta, DuPont, o la misma Bayer, podrían contra nosotros ¿Qué pasó?
“En términos institucionales ya se conformó la comisión nacional de semillas, pero aún estamos trabajando en la conformación del consejo popular de resguardo. Por otro lado, se ha avanzado en la producción y multiplicación local de diversas variedades y venimos impulsando la conformación del plan popular de semilla a partir de una priorización que hicimos de cara a la actual crisis de los alimentos que está asociada a las cadenas de producción y comercialización de la agroindustria. Muchos de estos esfuerzos fueran ilegales de no haber logrado tener esa ley”, refuta Ana.
Entonces ¿por qué mi bolsillo siente que no se está haciendo nada? “Lo que es clave para fortalecer todas estas respuestas populares en tiempos de guerra es el acompañamiento técnico para apoyar los procesos de garantía participativa de calidad y sancionar las dinámicas de bachaqueo y especulación asociadas a la semilla certificada. La semilla si se adquiere vía bachaqueo es un rubro que eleva los costos de producción. Pero, además, hoy en día, la mayoría de los precios de los alimentos no responden a ninguna estructura de costos ni siquiera inflada”, responde la militante.